Medicina deportiva
Las actividades deportivas son de gran importancia para recuperar o mantener la salud.
Por desgracia, las lesiones por sobreuso y las lesiones deportivas se producen una y otra vez debido a actividades deportivas inadecuadas. No todo el mundo tiene una constitución física adecuada para determinados tipos de deporte, o al menos no de forma ilimitada. Con una constitución física inadecuada, por ejemplo, el footing prolongado puede provocar daños en las articulaciones de la rodilla y la cadera. Las consecuencias pueden ser dolores de cadera, ciática, problemas de espalda o tensiones musculares.
Por el contrario, hay deportes que no sólo están permitidos para determinadas enfermedades ortopédicas, sino que también tienen un alto valor terapéutico. Por ejemplo, el ciclismo es el deporte de elección para la artrosis de cadera y rodilla. En el tratamiento de una hernia discal o de un síndrome de la columna lumbar, los problemas de espalda pueden eliminarse a menudo practicando un deporte adecuado.
En cambio, en el caso de molestias en la zona del cuello, los hombros, los brazos y las manos, están indicados deportes menos específicos, denominados de equilibrio (marcha, senderismo de montaña, esquí de fondo, baile, etc.). El ciclismo, en cambio, debe clasificarse como actividad deportiva desfavorable.
Si no está seguro de la adecuación de sus actividades deportivas a su constitución física, sométase a un examen de medicina deportiva preventiva y pida consejo.
El reconocimiento para ostentar el título adicional de medicina deportiva fue concedido por el Colegio de Médicos de Baviera el 5.2.1996.
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